Tor Lundvall - Hermosas ilusiones

El pintor y músico neoyorquino Tor Lundvall inicialmente imaginó su decimocuarto ^álbum , Beautiful Illusions, como un asunto enteramente instrumental, “inspirado en recuerdos de estar sentado en una iglesia o catedral mirando la luz del sol cambiante a través de vidrieras”. Aunque finalmente optó por adornar la mayoría de las pistas con voces poéticas y silenciosas, su musa original todavía resuena. Sin duda, son canciones de juegos de sombras y cielos abovedados, mientras la tranquila grandeza del crepúsculo se profundiza en el horizonte. Lundvall también caracteriza el tema lírico, de maneras tanto específicas como surrealistas, explorando “las dudas, las ansiedades e incluso las sombrías fantasías en las que la mente cae durante momentos de aislamiento, separación y distancia”. Trucos de la vista, la mente y el oído, magnificados por el silencio y el largo invierno que se avecina.
 
Pulsos temblorosos y líneas de bajo apagadas pisan el crepúsculo mientras los sintetizadores de carámbanos y la guitarra nervuda trazan la melodía hasta que entra la voz, narrando estados de ánimo oblicuos de esencia y ausencia, ternura y verdad. Vislumbres de humor negro parpadean en el juego de palabras, pero el paisaje sonoro más amplio es uno de hojas que caen y luz que se apaga, pequeños gestos presentados como revelación, envueltos en reverberación y niebla espacial. El dominio de Lundvall de los matices y el espacio negativo continúa realzando, pinceladas susurradas de lo invisible y lo no dicho, lo que hay debajo y lo que hay más allá: “Detrás de los escudos y los frentes falsos suele haber tristeza. Los desgarradores reflejos de lo que pudo haber sido.